
La industria discográfica ha sufrido un notable revés con el fenómeno tecnológico p2p convirtiéndose éste en el líder musical entre los internautas, intercambiando archivos informáticos comprimidos de bajo coste, permitiendo al consumidor canciones que realmente le gustan, sin verse en la necesidad de adquirir el disco completo de un artista.
Las discográficas ante el miedo de la piratería emprenden campañas persecutorias contra estos usuarios, fenómeno difícil de parar por su rápida difusión en la red, encargándose de ello las redes tecnológicas del P2P permitiendo a los usuarios la utilización de formatos más o menos conocidos, como son los archiconocidos MP3- iPod - It Facts,2004 – Pogue,2004 – Crockett,2005. Aunque la calidad del sonido sea peor compensa enormemente, por la gran capacidad de almacenamiento musical y la gran velocidad de descarga que tienen.
Sin embargo, las ansias recaudadoras de las discográficas tienen dos frenos importantes en Internet: la actividad de los crackers (expertos informáticos que tienen como afición romper las restricciones que se van encontrando en su camino). Y la tradición de gratuidad que tiene la Red desde sus orígenes. Ante estas descargas que prevalecen sobre la venta de canciones de pago, la industria discográfica está que ¡Trina! Por las pérdidas tan sustanciosas de beneficios.
En general, la mayoría de los expertos indican, que la tecnología P2P ha reducido las ventas de discos físicos. Y algunos sostienen que el acceso a Internet tiene un efecto negativo en la compra de CD ya que su venta se ve limitada por los jóvenes menores de 24 años de edad, mientras que en los adultos no es así, siguen comprando, lo que se deduce que el intercambio de archivos a través del programa P2P no tiene un “efecto negativo”. Y que el descenso de ventas está ligado a otras causas y no al fenómeno P2P, como podría ser: la sustitución de los vinilos por los CD, el aumento de ventas de productos culturales sustitutivos (DVD), el alto precio de los CD, el reducido éxito de los discos actuales, etc…
De todas formas, el mercado de la música on line continúa creciendo (según datos de la IFPI). Sin embargo, los precios todavía no están fijados definitivamente, hay mucha controversia en ello. Por otro lado si nos fijamos en la música vendida para los teléfonos móviles, los fabricantes están incorporando terminales con memoria suficiente para albergar canciones comprimidas, es el doble de caro que en Internet y además cuenta con la limitación de que no se puede traspasar con facilidad a un ordenador. Aún así, las descargas de melodías han logrado unos ingresos de 4.000 millones de dólares aprox.
Todo esto me lleva a la siguiente reflexión: Parece ser que el verdadero problema lo tienen los autores del mundo musical (los demás no se pronuncian apenas). Si no quieren perder nivel adquisitivo, que hagan conciertos, que trabajen, como lo hacemos todos los demás, pero que lo hagan bien, en vivo y en directo, no sólo dando la cara, sino también la voz. Si ellos no tienen ningún remordimiento en engañarnos, menos lo tendremos nosotros en bajar canciones del P2P para uso personal..... ¡A saber si son originales!.
Webgrafía
Las discográficas ante el miedo de la piratería emprenden campañas persecutorias contra estos usuarios, fenómeno difícil de parar por su rápida difusión en la red, encargándose de ello las redes tecnológicas del P2P permitiendo a los usuarios la utilización de formatos más o menos conocidos, como son los archiconocidos MP3- iPod - It Facts,2004 – Pogue,2004 – Crockett,2005. Aunque la calidad del sonido sea peor compensa enormemente, por la gran capacidad de almacenamiento musical y la gran velocidad de descarga que tienen.
Sin embargo, las ansias recaudadoras de las discográficas tienen dos frenos importantes en Internet: la actividad de los crackers (expertos informáticos que tienen como afición romper las restricciones que se van encontrando en su camino). Y la tradición de gratuidad que tiene la Red desde sus orígenes. Ante estas descargas que prevalecen sobre la venta de canciones de pago, la industria discográfica está que ¡Trina! Por las pérdidas tan sustanciosas de beneficios.
En general, la mayoría de los expertos indican, que la tecnología P2P ha reducido las ventas de discos físicos. Y algunos sostienen que el acceso a Internet tiene un efecto negativo en la compra de CD ya que su venta se ve limitada por los jóvenes menores de 24 años de edad, mientras que en los adultos no es así, siguen comprando, lo que se deduce que el intercambio de archivos a través del programa P2P no tiene un “efecto negativo”. Y que el descenso de ventas está ligado a otras causas y no al fenómeno P2P, como podría ser: la sustitución de los vinilos por los CD, el aumento de ventas de productos culturales sustitutivos (DVD), el alto precio de los CD, el reducido éxito de los discos actuales, etc…
De todas formas, el mercado de la música on line continúa creciendo (según datos de la IFPI). Sin embargo, los precios todavía no están fijados definitivamente, hay mucha controversia en ello. Por otro lado si nos fijamos en la música vendida para los teléfonos móviles, los fabricantes están incorporando terminales con memoria suficiente para albergar canciones comprimidas, es el doble de caro que en Internet y además cuenta con la limitación de que no se puede traspasar con facilidad a un ordenador. Aún así, las descargas de melodías han logrado unos ingresos de 4.000 millones de dólares aprox.
Todo esto me lleva a la siguiente reflexión: Parece ser que el verdadero problema lo tienen los autores del mundo musical (los demás no se pronuncian apenas). Si no quieren perder nivel adquisitivo, que hagan conciertos, que trabajen, como lo hacemos todos los demás, pero que lo hagan bien, en vivo y en directo, no sólo dando la cara, sino también la voz. Si ellos no tienen ningún remordimiento en engañarnos, menos lo tendremos nosotros en bajar canciones del P2P para uso personal..... ¡A saber si son originales!.
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