Para manejarnos en el ciberespacio tenemos que tener en cuenta unos límites lingüísticos muy precisos que regulen nuestra presencia en este espacio, y, para ello debemos de saber muy bien a qué tipo de texto nos enfrentamos, pues todo texto tiene su razón de ser.
Cuando el autor de un texto lo pone en la red lo lanza de una forma lineal sin más, nos transmite una idea. En el momento que esta idea es interceptada y ampliada por otros y esta última por muchos más, se convierte en un montón de ideas que proceden de emisores y receptores diferentes y estos a su vez se vuelven a convertir en emisores de textos que agrupan muchas ideas de diferentes fuentes que las organizan y publican en Internet nuevamente, una y otra vez, hasta el infinito.
Así pues, un primer texto que se publica por primera vez de una forma sencilla puede llegar a transformarse, con el paso del tiempo, en un hipertexto. Ahora bien, estas fuentes no sabemos hasta que punto son fidedignas ya que no están sometidas a control científico, ni convención lingüística alguna; y esto crea un grave problema cultural en esa sociedad navegante de Internet, al encontrarse con grandes errores temáticos, gráficos, ortográficos y gramáticos, en fin, con textos sumamente desorganización debido a la gran ausencia de doctos en la materia y a la gran avalancha de participantes que intervienen de una forma espontánea y activa en la escritura de este espacio.
Sería interesante encontrar alguna solución para apaliar esta situación. Si alguien tiene alguna idea que la lance a este medio telemático, aunque sabemos que es muy difícil por la gran expansión ya existente. Pero no estaría de más concienciar a toda persona falta de contenido, que se preocupase de ilustrarse más, con el fin de evitar esas transmisiones erróneas que se generan en el tiempo y en el espacio; y que tanto daño ocasionan a tantos internautas interesados en temas concretos, desconocedores de estos hechos.
Respecto a los comentarios hechos por el presidente de Google en una televisión estadounidense, le diría que se preocupase más de poner filtros educativos más que de engordarse el bolsillo con los nuevos planes de convertir los móviles en televisores inteligentes. Y que si el contenido generado por los ciudadanos va a definir el futuro de la humanidad. ¡¡Apañado estamos!!. No creo que interned sea tan transparente como él afirma, ya que hay muchas mentiras y engaños, y si hemos de creer todo lo que en este medio se diga, apaga y vamonos. Hay mucha manipulación en la información que nos quieren vender. Más que un detector de mentiras yo les pediría a los políticos que fuesen más honestos y consecuentes con sus promesas. (Pues los detectores también fallan).
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